Dr. Eloy A González.*
Leo con interés las noticias y notas de opinión que
ofrecen en la red los colegas médicos cubanos donde quiera que se encuentren.
En los últimos tiempos, con el aumento del número de médicos que han emigrado y
la justa dedicación de muchos a reclamar los derechos de familia, hay abundante
información al respeto. De igual forma, hay una tendencia a socializar en redes
y muy frecuente analizar, juzgar y emitir opiniones sobre la situación de la
Salud en Cuba; así como críticas al Sistema Nacional de Salud.
Hay un escrutinio al trabajo de los profesionales de
la salud en Cuba, las carencias y los métodos obsoletos de trabajos que se
emplean. Es indiscutible la politización
e ideologización de la práctica médica, y lo que es peor, la represión y las
violaciones de los Derechos Humanos que es quehacer cotidiano. Todo coincide en un escenario donde, las malas
prácticas, las violaciones a la ética médica y el enconamiento de las
relaciones entre los médicos y las relaciones de estos con las autoridades de
Salud ; crean una situación exasperante, perniciosa y de consecuencias
impredecibles.
Cuando trabajé dentro del Colegio Médico Independiente
de Cuba , en Cuba, valga la redundancia; abogué de inmediato para crear una Comisión
de Ética con atribuciones excepcionales. Así mismo lo establecí cuando escribí
, a pedido de esta organización entonces opositora, las “Bases y Estatutos
del Colegio Médico Independiente de Cuba”. Este documento, fue revisado y circulado,
pero no cuento con una copia aun cuando fui el único redactor de este.
Lo cierto es que, presenciamos un intercambio amargo
entre colegas cuando enfrentamos las
crecientes implicaciones de la represión, las escaseces , el deterioro social y
el estado de calamidad nacional de nuestra Patria. Los médicos cubanos nos avecinamos
muchas veces a ataques y descalificaciones cuando, el verdadero causante de
todos nuestros males es el régimen que
detenta el poder y lo corrompe.
Una simple mirada al Código Internacional de Ética
Medica nos recuerda algo que esta en la regla de oro: “El medico debe
comportarse hacia sus colegas como él desearía que ellos se comportasen con
él”.
No estoy diciendo con esto que debemos sustraernos a
la crítica constructiva, el análisis de los hechos, la libertad de expresión y
el libre juego de las ideas en el orden médico- científico. Pero comencemos
desde ahora a edificar la futura casa de una Nación que, levantaremos sobre
nuevos cimientos. Desde estos tiempos y lugares, comencemos una relación entre
colegas que consolide el trabajo futuro de los profesionales de la salud en una
Cuba en democracia.
La relación entre los médicos cubanos debe reconstruirse y volver a la base de la formación humana,
con principios morales y éticos fuertes y en una comunidad de pares. Comencemos
a fomentar el respeto y dignidad. Seamos leales y aprendamos a comprendernos. Para
nuevos tiempos un excelso “colegaje” es inaplazable.
Cuando regresemos y comencemos a reconstruir nuestra
casa común, nos encontraremos con nuestros pares en la tierra que nos vio
nacer; abra un abrazo de generaciones y un encuentro de propósitos. Los médicos,
como tantos otros, seremos conocidos como reparadores de grietas y
restauradores de sendas para habitar.
julio 23, 2022