"Llegué al hospital Miguel Enríquez con mi papá, que estaba
sufriendo un infarto"- me refiere una persona que pidió omitir su nombre
por miedo a las represalias-, "pero en lugar de ingresarlo en cuidados
intensivos, lo mandaron para una sala donde están los pacientes cuyos
padecimientos no son tan graves. A los pocos minutos de estar allí, le comenzó
a faltar el aire. Corrí a avisarle al médico, pero en la sala había un solo
balón de oxígeno y lo estaba utilizando otra persona mayor que también tenía
falta de aire. Se lo quitaron para ponérselo a mi papá, pero ya era demasiado
tarde, había muerto por asfixia".
"Yo estuve allí ingresada"- afirma otra señora que
interviene en la conversación-"en la sala 5b cama 5 por un sangramiento
digestivo. Estuve una semana y me fui porque no me hacían ninguna prueba para
saber de dónde venía la sangre. En el tiempo que estuve allí, me sentí muy mal.
Era un cubículo con 6 camas, 3 de hombres y 3 de mujeres. En la cama de mi lado
derecho, estaba un hombre que habían recogido de la calle y unos policías lo
pusieron allí sin ropa ninguna. Cada vez que se levantaba para ir al baño, las
mujeres teníamos que virarnos, para no verlo desnudo. Este señor estaba
sangrando por alguna parte y sus sábanas siempre estaban llenas de sangre.
Cuando pasaban visita los médicos, nunca se paraban en esa cama. La leche del
desayuno se la echaban en un pomo y la bandeja con la comida, se la llevaban
como mismo la traían, porque él no se alimentaba. Este señor, del cual nunca se
supo ni su nombre, murió dentro de un hospital sin recibir ninguna atención médica."
El Hospital "Miguel Enríquez", en Luyanó, municipio Diez de
Octubre, está considerado por la población como uno de los peores hospitales de
la capital. Tiene una pésima higiene y la atención médica no es ni regular.
Estos podrían parecer cuentos de terror, pero no es así. A sucesos
como estos se arriesgan todos los que entran a un hospital. A la mala atención
médica, se le suma la falta de recursos que muchas veces llegan a costar la
vida de seres humanos.
Fuente: Primavera
digital.
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