miércoles, febrero 29, 2012

Las condiciones del Hospital Pediátrico de Holguín, Cuba.

Incluyo esta nota recordando cuando trabajé en el Hospital Pediátrico de Holguín en los años 1978-79. Estaba en buenas condiciones a pesar de que se trataba de una facilidad inicialmente construida para un tribunal. En aquel momento estaba mejor y bien administrado en comparación con el Hospital Lenin también en la misma localidad. Aquí la información:
Hospital pediátrico de Holguín en pésimas condiciones
LA HABANA, Cuba, 27 de febrero del 2012 -Fidel García Roldan, expreso político, quien reside en Holguín, informa acerca de las pésimas condiciones higiénicas en que se encuentra el hospital pediátrico de esa provincia.
Asegura la fuente que varios familiares de infantes ingresados en ese  hospital se quejan de las condiciones en que se encuentran.
“En el hospital no hay agua, los baños están inmundos y no tienen puertas, no hay ropa de cama, el alimento para los niños es insuficiente y mal elaborado, porque los empleados se roban la comida”, refiere la fuente.
Añade que en el hospital no hay siquiera termómetros, ni aparatos para medir la presión arterial. Muchos de estos padres  se han quejado en la dirección del PCC, pero no les  han prestado atención.
Fuente: Cubanet

martes, febrero 28, 2012

Personal médico en Cuba adultera sueros para traficar en el mercado negro.

Esta nota la tomamos tal  y como aparece en el Blog Punt de Vista. El artículo completo puede leerse en el Blog Jurisconsulto de Cuba.
Personal médico en Cuba trafica con la provisión de sueros de los hospitales para venderlos en el mercado negro. Según una denuncia aparecida en el blog Jurisconsulto de Cuba, actualmente algunas personas que trabajan en hospitales cubanos extraen suero Rosefin, antibiótico de tercera generación muy buscado en el mercado negro, para su venta ilegal. De esta situación se percató una paciente médico cuyo testimonio publica en el blog de Laritza Diversent otra autora, Yaremis Flores.
La bloguera cuenta que los sueros son adulterados. "El modus operandi es echarle agua al suero de Rosefin, con el objetivo de darle un destino comercial al restante". La médico que se dio cuenta de la situación, cuando estaba ingresada en el Hospital Nacional Enrique Cabrera, comprobó que el suero "no lucía todo lo amarillo que debía". Ahora, añade Yaremis Flores, "los ingeniosos le adicionan cápsulas de Polivit trituradas, para así enmascarar el engaño".
Nota: En realidad NO es el personal médico sino el paramédico quien adultera los sueros, lo que se altera es la dosis del Ceftriaxone que es el nombre de este medicamento que en realidad lo que se hace es poner en el frasco de la venoclisis en menor cantidad. Disminuyen la dosis para que les quede ámpulas para venderlas. Desde luego es el médico Jefe de la Sala y la Enfermera los encargados de que esto no suceda.
La foto corresponde al frente del Hospital Enrique Cabrera. No encontramos una Web que asocie a este hospital.

domingo, febrero 26, 2012

Un Cáncer con demasiada connotación política.

He declinado hacer declaraciones sobre la enfermedad del Presidente venezolano, Hugo Chávez. Solo agrego a la polémica-especulación, que el Cáncer que padece el mandatario venezolano tiene demasiada connotación política, eso ha afectado el manejo de la enfermedad como tal. Aquí incluyo dos aspectos de la enfermedad y sus implicaciones. En el primer aspecto mucho se especuló sobre el lugar donde el presidente venezolano debía de atenderse cuando se le diagnosticó el Sarcoma de histogénesis no especifica en el peritoneo parietal (opinión diagnóstica personal). Ahora con la enfermedad recidivante o recurrente vuelve las consideraciones sobre dónde y quienes deben atender al presidente venezolano.
Digo que la política determina el manejo y evolución de este paciente que es el presidente de Venezuela.
¿Por qué no se atendió en el Hospital Sirio Libanes de Sao Paulo? Esto es lo que dice un periodista brasileño.
Revelan "exigencias" de Chávez para tratar el cáncer. El periodista brasileño Merval Pereira dio detalles de las exigencias del Gobierno venezolano para atender el cáncer del Presidente en el Hospital Sirio Libanés de Sao Paulo. La información puede leerse AQUÍ.
Aquí tercian oncólogos de distintos países sobre la conveniencia o no de atender al mandatario venezolano en Cuba, considerando esta nueva recurrencia de la enfermedad. Dice la prensa:
Oncólogos opinan sobre el cáncer que padece el presidente Chávez. Lo que dificulta evaluar la situación es la escasa cantidad de detalles que el Presidente ha revelado sobre su estado de salud.
Algunos especialistas, brasileños y norteamericanos opinan al respeto en este articulo que usted puede leer haciendo CLIC AQUÍ.
Tratándose de un paciente con un Cancer , y habiendo practicado la Oncología por más de 30 años, siento decirlo:
El presidente venezolano, Hugo Chávez, enfrenta un Cáncer de alto grado de malignidad, de evolución progresiva; controlable con un tratamiento adecuado y empleándose los métodos terapéuticos aplicados por personal altamente calificado y recursos tecnológicos avanzados. El factor de mal pronóstico, el peor, ha sido y es el secretismo y la política enmarañada en todo esto. Espero que su evolución sea favorable.

miércoles, febrero 22, 2012

Sobre mi carta abierta...

Por: Rafael Muci-Mendoza.*
¡Menudo problema! Los MIC ahora en los hospitales... ignoran si están para "nivelarse"...
El 17 de febrero se cumplió un año desde que a través de una Carta Abierta y a manera de protesta, presenté ante la UCV luego de 46 años y un mes de servicio ininterrumpido, mi pedido de jubilación forzada -que no mi renuncia-, contra el ingreso al Hospital Vargas de Caracas de los "médicos integrales comunitarios" (MIC), con la finalidad de hacer pasantías clínicas cuando estaban ya académicamente mal formados e ideologizados en profundidad. Lo supe desde que la escribí... mi carta sería un fracaso anunciado. Si las más altas autoridades de la Facultad de Medicina de la UCV habían cohonestado y hasta apoyado bajo cuerdas directa y abiertamente su ingreso, ¿qué podía yo esperar? Verdaderos traidores a la patria y a la Universidad, quienes conjuntamente con el coordinador nacional del Programa de Medicina Integral Comunitaria -un venezolano exprofesor de la Escuela Vargas-, facilitaron el secuestro de la soberanía nacional en enseñanza médica entregándosela a la Misión Cubana. Con ello se mostraron como el Arimaza de Voltaire, cuya íntima fealdad era trasunto de su alma torva, de vulgaridad, falta de principios e inmensa perfidia. Perdí mi tiempo con alguno de ellos a quienes acerqué a mi afecto, queriendo enseñarle lo poco que sabía, mostrándole de paso el amor por mi hospital, la veneración por el legado de mis maestros, el valor de un examen clínico riguroso y fino, en fin, mi orgullo de ser ucevista y médico venezolano.
¡Menudo problema! Los MIC ahora en los hospitales... ignoran si están para "nivelarse" o para hacer un posgrado; Chávez no sabe qué contestarles. Con otros 20 mil más, son "médicos" engañados, mal troquelados en la planta de ensamblaje en serie del socialismo del siglo XXI...
Foto: Sin ánimo de hacer mofa: ¨La culpa no es del ciego, sino de quien le da el garrote¨
(1). ¨Favor realizar ecosonograma escrotal, ecosonograma prostático. ID: Hidrocele Hernia inguinal¨. (2). ¨Por favor tirarle una placa de espalda al pasiente JM¨. (3). ¨Favor realizar TAC de abdomen simple de pie¨.  (4). ¨Rx de ojo izquierdo y tabique nasal específicamente de huesos¨.
*Profesor titular de Medicina Interna, UCV

Una visita a la realidad.

Por: Orlando Luis Pardo.*
Nunca se sabe qué es peor. La debacle de un hospital en ruinas, como la mayoría de Ciudad de La Habana o quizás de todo el país, o la precisión no menos mortífera de una sala de terapia de lujo, uno de esos hangares de ciencia-ficción que salen en las películas del Primer Mundo y que, de pronto, un Día del Amor cualquiera tú también te lo topas, pero en un rincón de El Vedado.
29 y E, aproximadamente.
Oncología y Radiobiología, dice en la fachada con una tipografía escalofriante. En el lobby, una obra de arte monstruosa de modernidad está dedicada a la “esperanza”. Es obvio que entramos en un terreno donde el materialismo y Dios comparten la misma patria isotrópica (como isótopos radiactivos).
Traté de entrar y salir con anteojeras. Sin reparar en detalles. Sin humanizar los rostros de los que vienen en silla de ruedas hacia mí. Sin oír los quejidos de la cama de al lado. Sin entender la lengua materna que dice en pleno pasillo la edad de ese muchacho (el maxilar minado) o de aquella adolescente calva (la sangre licuada).
Saludé a mis familiares como si hubiese regresado de un largo exilio. Miré afuera por los cristales velados. Juro que no supe decir cuál era aquella ciudad, mucho menos en cuál fecha estábamos. La noche tan bella y yo sin ganas de darme cuenta de que aún respiraba. Yo venía no del extranjero, sino de entre los muertos. Muertos por ahora sin diagnóstico de cáncer, como mi prima del campo, pero igual ya listos para ir soltando pedazos de operación en operación. Pedazos de memoria cortados de gratis. Mareo. No sentir absolutamente nada de nada. Irreconocer los rostros avejentados de otros primos menores que yo. Horror. Cuando despierte, tendré de pronto como cien años.
La tenían sedada, en un saloncito de lujo. Llena de tubos. Glosectomía parcial, creí entender o al menos reconstruí el vocablo gracias a la etimología. Mi prima tendría que volver a aprender a hablar. Tendría, también, que aferrarse a aquel monumento amateur a la esperanza. Esta no es su primera intervención quirúrgica. Y de tanto cut-and-paste el cuerpo se nos acaba.

El parte médico fue gentil. Cada enfermero con porte de reguetonero profesional, tan llenos de vitalidad y humor. Nos asomamos por un cristal a la sala de terapia intensiva. Bastante inflamada por la manipulación invasiva, ella dormía con una mueca de dolor. Pesadillas, seguro. Pesadillas de no poder ni tampoco querer despertar.
En media hora yo estaba libre otra vez. Un borracho echaba pestes del gobierno sobre el contén (desde que lo vi, supe que ese detalle no sería narrable: demasiado literario, demasiada alegoría de un buen final contrastado para una crónica, pero fue así). Decía que él sí había vivido el capitalismo y que por eso él sí sabía lo que era vivir. No lo creo. Se notaba aún joven entre la mugre apestosa y la falta de luz. El capitalismo cubano hoy por hoy queda demasiado lejos en el pasado. No le creí. Demasiada reiteración de la palabras vida y vivir. A lo mejor se le moría alguien allá dentro y no se atrevía a pasar. Estamos atrapados.
Los equipos se veían tan pulcros. El piso de algún material sintético, brillaba bajo los neones. Un aire acondicionado a tope. Y sin embargo cierta sensación sobrecogedora de soledad. Morir será lo más fácil. Afuera en la calle 23 no faltaba definitivamente nadie. Están todos los que están, incluyéndome a mí. Los que estén acostados a las 8 de la noche no tienen nada que hacer aquí. Es como si nunca hubieran existido. Como si nunca hubiéramos existido. Nausea.

Recuerdo mis estudios de Bioquímica, en el siglo pasado, no muy lejos de allí: en 25 y K, aproximadamente. Leíamos sobre los mil y un mecanismos moleculares del cáncer (tengo colegas de aula que se han doctorado en el tema). Casi bello. Un reloj fuera de control. Travesuras de la evolución, virus incluidos. Pero hay mil y una estrategias desarrollables para burlarnos mañana del cáncer. El hombre tiene bastante idea de qué hacer al respecto. Sólo nos falta tiempo y dinero. Y el planeta no nos dará la misericordia de semejante oportunidad. Tampoco la historia, con sus crisis y revoluciones perennes. Por el momento, cortamos pedacitos de carne. Inyectamos algún que otro anticuerpo monoclonal o suero radiactivo. Y sacamos estadísticas esperanzadoras, como nos impone el mausoleo a priori que te da la bienvenida a ese hospital resucitado de entre sus ruinas, en 29 y F.
*Reside y resiste en La Habanada desde 1971. Ex-critor post-cubano y blogger free-lance, flagtógrafo y twitterati insomne terminal. Edita en Blog Boringhomeutopics.

sábado, febrero 18, 2012

Los supuestos cambios en la salud pública en Cuba.

Los “cambios” en la salud pública.
Capítulo: Conflictos en la Sociedad Civil
Al igual que el resto de las actividades del país, la Salud Pública está sometida a cambios, primero que todo para ahorrar, ya que según se plantea los métodos que se estaban utilizando eran muy costosos, aunque también se encuentran presentes en este sector los despidos laborales.
La Red Cubana de Comunicadores Comunitarios ha conocido que en el Instituto Nacional de Angiología y Cirugía Vascular, situado en el área aledaña al Hospital Salvador Allende, antigua Covadonga, existía un Departamento de Fisioterapia, fundado el 3 de septiembre de 1983, que siempre cumplió sus objetivos, la atención a los pacientes propios de la especialidad así como todo aquel que lo necesitara. A ninguno de los cuatro Directores que han transitado por dicho Instituto desde 1983 se les ocurrió prescindir de los servicios de fisioterapia, ni aún en los críticos momentos del llamado Período Especial. Hace aproximadamente 6 meses cuando ocupó el cargo el nuevo director, Doctor Joaquín Salavarría García, Ginecólogo y Especialista en Administración (no tiene nada que ver con la especialidad que está dirigiendo) y basándose en los “cambios”, en particular los referidos al reordenamiento laboral, planteó que este Departamento no es funcional, porque no responde a los intereses de la institución, y por lo tanto debía desaparecer.
En este dependencia trabajaban: el Dr. Ernesto Pérez, que era el jefe; un único técnico -como fundador- especialista en Fisiatría Emerio González Verdecia, discapacitado visual (débil visual profundo); y las Licenciadas Yaíma Bernal Isaqui, -discapacitada auditiva- y Anicia Hernández. El Dr. Pérez defendió siempre de manera muy humana la posición de estos dos discapacitados, no sólo por su enfermedad, sino por los méritos alcanzados por su magnífica proyección laboral. En estos momentos él está disponible por recomendaciones hechas al Viceministro de Salud Pública, quedando pendiente a una llamada de reubicación los dos discapacitados.
Es necesario explicar que el Dr. Salavarría fue por un tiempo Viceministro de Asistencia Médica, así como posteriormente Jefe de Misión en Venezuela, lo que implica que ha ido descendiendo en la escala de responsabilidades. Se puede añadir que en una “Inspección Ministerial” realizada al Instituto en el último trimestre de 2011, la cual fue avisada -como casi todas- 15 días antes, detectaron que estaba estacionado en el interior del Departamento de Fisioterapia, el automóvil asignado a él, algo prohibido por una Directiva Ministerial. En lo personal, es un hombre que fue capaz de hacer de una reunión sindical, casi una conferencia de ética profesional, pero la viola.
Algunos años atrás se formó -de una manera estrepitosa y urgente- muchísimo personal  paramédico, pues se alegaba su carencia, sin embargo ahora se habla de reordenamiento, de disponibilidad, lo que hace evidente que los errores de dirección los pagan quienes no los cometen.

Desaparecer un servicio de salud dentro de una institución, cuando constantemente el régimen ha hablado de mejorar la atención al pueblo, es una tamaña contradicción, entre las llamadas “reformas” y la política promovida hasta el momento en el sector, si se tiene en cuenta que este Departamento de Fisioterapia desde el año 2000 hasta el 2008 atendió -de manera exclusiva en Cuba- con un carácter serio y responsable, la enfermedad conocida como Linfoedema, a la que popularmente se le dice Elefantiasis; tratamiento llevado a cabo por los doctores Luís Rodríguez, especialista en Angiología y Ernesto Pérez, especialista en Fisiatría; y por el técnico Emerio González Verdecia, con un equipo donado por un paciente  con tecnología obsoleta, así como con recursos muy escasos a pesar de lo cual se lograron  muy buenos resultados, sobre todo por el amor al trabajo.
En el año 2008, debido a que se deteriora –sin arreglo- el equipo, quedaron más de 200 pacientes a merced del tiempo; así como el esfuerzo de 8 años. A pesar de las gestiones hechas no se resolvió nada; aunque se supone que este tipo de paciente  también tiene derecho a mejorar su salud. Como dato curioso, se puede  decir que ya hay enfermos por gestiones personales poseen dicho equipo.
Es indignante saber que el Ministerio de Salud Pública no se haya ocupado de comprar un equipo, cuando se gastan cientos de miles en divisa para mantener el internacionalismo médico, en diferentes países del mundo y anuncian en la televisión los recursos que donan para ello.
 Otros funcionarios han estado vinculados a esta indebida determinación, como por ejemplo la Licenciada Maritza Leyva, jefa del Grupo Provincial de Rehabilitación, la que alega que estos pacientes pueden ser atendidos en sus respectivas áreas de salud, entiéndase, los Policlínicos, lo cual no es cierto.  De igual forma el Dr. Evaristo, secretario general del núcleo del Partido Comunista del centro, y el Dr. Daniel, secretario de la Sección Sindical, no se han pronunciado en contra de ello. Cómo funcionan las cosas en la isla, habría que saber que  el primero tiene pendiente una misión en el extranjero, y el segundo -como casi todos los representantes del Sindicato- se ha convertido en una sucursal de la Dirección y no en su contrapartida. También el vice director de Asistencia Médica Dr. Alejandro Hernández, angiólogo, que ocupa hace tiempo ese cargo, nunca encontró que el Departamento sobrara, pero ahora apoya esta decisión.

Esto indica que a cualquier nivel en el país hay abuso de poder, así como que el ser humano no interesa, tanto los enfermos como los dos discapacitados, que allí trabajaban, que ya bastante tienen con las barreras que la vida les ha impuesto. En particular el técnico Emerio González Verdecia, débil visual profundo, cubre solo la distancia desde su hogar en Santos Suárez hasta el Cerro, donde se encuentra situado el Instituto. Desde hace más de 25 años ha logrado desarrollar algunas habilidades y gran adaptación. En este momento cerca de donde vive no existen plazas disponibles, pues al contrario, el personal sigue sobrando y una posible reubicación de dicho técnico de 52 años, en un lugar distante, sería poner fin a su carrera profesional.
De igual forma muchas personas enfermas han protestado por todo esto, defendiendo con mucha razón el lugar donde mejor han sido atendidos, pues argumentan que en los Policlínicos del Municipio Cerro -en sus áreas de rehabilitación- la atención es pésima y en algunos casos inexistentes.
Si se permite a cada funcionario tomar medidas como esta, seguirá aumentando el caos de la salud en el país, que ya en estos momentos tiene una situación bien difícil ante los ojos de la sociedad.
La Habana, 16 de febrero de 2012.
Nota: Información recibida por correo electrónico  desde la oficina de Martha Beatriz Roque, Red cubana de comunicadores comunitarios.


jueves, febrero 16, 2012

Un ejemplo de práctica médica sádica y criminal en Cuba.

Ahora que tanto hablamos y circula por la red las “cartas de los médicos cubanos’ y se emplean argumentos en el análisis de la conducta de los médicos, la práctica de esta profesión y la ética que le acompaña , es bueno traer a estas páginas este ejemplo de accionar criminal de los médicos del penal , Combinado del Este en Cuba.  Estas dos bestias, que dicen ser médicos cubanos se ensañaron contra este joven recluso y lo mandaron a la muerte. Son ellos: la doctora teniente Elisa y el doctor Planas del Hospital Nacional de Reclusos. Lean la información:
San Miguel del Padrón, (PD) Desde el Combinado del Este, el preso Daniel Pérez Díaz informa que Leonardo Brindis Villalobo, de 22 años, murió en la noche del 3 de febrero en el hospital nacional de reclusos por negligencia y maltratos de los médicos del penal.
Brindis Villalobo se encontraba ingresado en el hospital nacional de reclusos, (HNR), en la sala B, debido a que tenía descompensada la glicemia.
 Su madre, al saber del estado en que se encontraba su hijo, se dirigió al hospital donde anteriormente se atendía. La doctora que se ocupaba de atenderlo desde hacía varios años, coordinó con los médicos del HNR, para ingresarlo en su hospital de urgencia, pero la doctora teniente Elisa, y el doctor Planas, no accedieron al traslado negándole la atención urgente al preso, que se encontraba con fiebre alta desde hacía cinco días.
Leonardo Brindis había solicitado la licencia extrapenal desde hacía un año, pero se la habían negado.
Este enfermo apenas comía porque no recibía la dieta adecuada. Los médicos de la prisión consideraron que su enfermedad era fingida.
El 2 de febrero Brindis intentó suicidarse tomándose 8 tabletas de carbamazepina. La jefa de la sala B, la teniente Elisa, cuando supo lo ocurrido, gritó que él no tenía nada, que se levantara de la cama. El paciente, con 39 grados de fiebre, fue conducido al baño, donde le tiraron agua fría y le restregaron el cuerpo con una escoba, tirado en el piso. Unos presos comunes que trabajan en el hospital tuvieron que levantarle la cabeza para poder bañarlo. La doctora Elisa manifestó que él se merecía que lo trataran de esa manera
Cuando murió llevaba 5 días en huelga de hambre, en la sala de orden interior, del Hospital Nacional de reclusos. Estaba muy débil y como no podía valerse por sí solo, se defecaba y se orinaba en sus ropas.
En la mañana del sábado 4 de febrero, los presos políticos Raúl Rodríguez Soto, presidente del Movimiento 10 de diciembre, y Daniel Pérez Díaz, delegado de dicho movimiento realizaron una protesta para pedir que se investigara las circunstancias de la muerte de Brindis, y denunciar los maltratos a los presos enfermos.
Los médicos tuvieron que comparecer ante las autoridades de control interno del penal, pero no tuvieron problemas, todo quedó ahí”, comentó Pérez Díaz.
*Periodista Independiente Buro de Prensa CAPPF/CDHD Representante en la Habana de Partido Libertad y Democracia (Holguín) Grupo de Apoyo a Las Damas de Blanco. 

martes, febrero 14, 2012

Los cubanos no tienen motivo para sentirse orgullosos de los servicios de salud que reciben.

Intercambio epistolar intenso en esto de los médicos cubanos y los servicios de salud en la Isla. Ya habíamos cerrado este asunto con el post: Dos periodistas cubanos opinan sobre las cartas de los médicos al periódico Granma. Pero en este punto tercia la bloguera Miriam Celaya quien hace unos días en su blog puso el post: La vitrina rota, para esta vez enfrentar los argumentos de la Dra. Alemán Matías que aquí ya incluimos. Dice Eva que ahora es Miriam:
 …, desde mi perspectiva personal salta a la vista que el mal es más profundo que lo que muchos creíamos. Para empezar, diríase que la Dra. Alemán entiende que los médicos son alguna especie de casta particular que debe colocarse por encima del resto de la humanidad. Es decir, la inmensa mayoría de los cubanos de cualquier profesión, ocupación y oficio pasan por idénticas privaciones materiales y problemas, tienen que esperar el ómnibus por largas horas, con frecuencia no tienen qué desayunar, cobran en moneda nacional y necesitan productos que se venden solo en divisas y, para más remate, se enferman. Ahí estriba nuestra mayor desventaja.
No, los cubanos no tenemos en realidad muchos motivos para sentir el orgullo que nos pide la doctora. Muchísimo menos, agradecimiento. En lugar de eso nos sentimos indefensos, vejados y muchas veces humillados. Nos sentimos impotentes porque no tenemos otro remedio que ir a solicitar servicios médicos de dudosa calidad. Asistir a un consultorio al azar en Cuba se ha convertido actualmente en una especie de ruleta rusa: solo si tienes suerte te salvas. Yo no juego.
Usted puede leer todo el artículo haciendo CLIC AQUI

lunes, febrero 13, 2012

Robo y especulación con medicamentos en Cuba.


Esta nota que he tomado de un artículo más extenso muestra un ejemplo del robo sistemático de los medicamentos en Cuba, esto a todos los niveles. Dice en el artículo:
Me contaba un ex administrador de un almacén de medicamentos, en un hospital de poca  monta, que en sus 10 años al frente del almacén, ningún inventario arrojó faltantes, a pesar de que él sustraía medicamentos de primera necesidad para su familia y para hacer alguna que otra venta con vistas a reunir el “diario”, sin más ambiciones que comprar las viandas en el agro y mantener el vicio de fumar.
Él pagaba en especies (con medicamentos) al departamento económico que llevaba las cuentas y a la encargada de la farmacia que hacía los pedidos al almacén. Esta última, a su vez, tenía compradas a las enfermeras de las salas del hospital, que era el único lugar adonde el medicamento arribaba, sin que se le diera entrada ni salida documental.
De esa forma, en el vale de salida que hacía la farmacéutica para las salas, se anotaban los medicamentos de todos los que se beneficiaban de esta cadena. A los efectos legales, todo estaba en orden, y unos enfermos que nunca existieron eran los que supuestamente consumían los medicamentos sustraídos. Leer todo el articulo haciendo clic en el link abajo.

sábado, febrero 11, 2012

Dos periodistas cubanos opinan sobre las cartas de los médicos cubanos al periódico Granma.


Hemos incluido en el Blog de Medicina Cubana, las cartas de médicos cubanos como respuesta a una que apareció en la sección de buzón del libelo Granma, que también incluimos. Aquí como cierre a esta polémica que se originó porque las cartas que enviaron los médicos no fueron publicadas en Granma y si circularon dentro de Cuba como correos electrónicos, incluimos dos opiniones de periodistas  cubanos, el primero un periodista independiente, José Hugo Fernández ( foto abajo a la derecha) , con su artículo, “Los desposeídos de Esculapios. La segunda opinión es de la periodista “dependiente”, Elaine Díaz ( foto abajo a la izquierda)  con su artículo “Las cartas debajo de la mesa”.
 En las últimas semanas ha estado circulando por la intranet de Cuba un texto entre curioso y peripatético. Contiene tres cartas escritas por médicos habaneros para protestar por lo que consideran una actitud irrespetuosa del periódico Granma, el cual –según ellos- tuvo a bien publicar quejas de sus pacientes, pero ignora las respuestas de los galenos, incluidas, claro, las cartas en cuestión.

El detalle curioso radica en el hecho de que estos médicos, al parecer convencidos de que Granma no les dará cobertura, hayan resuelto echar a correr sus inconformidades por la intranet, que es una especie de solar mediático, donde la gente se cuenta sus cuitas, pero sin que la sangre llegue al río, pues todo queda entre los muros de la Isla, bajo el control del guardián de la puerta.
Lo peripatético es que los tres suscriptores de las cartas, cuyas inconformidades, según se aprecia claramente, están relacionadas con el mal funcionamiento del sistema de salud, y con el poder político, en general, descargan todo su disgusto contra los pacientes que se han quejado por su mal servicio.
Si acaso reprochan a Granma que les haya dado tribuna a los quejosos y no a ellos, que evidentemente creen merecerla más. Y sólo en última instancia -uno más que los otros dos- exteriorizan su preocupación y disgusto por la atmósfera de caos que impera en el país, aunque a través de una lectura errónea, en lo que concierne a sus causas, o quizá sea bajo una muy timorata cautela.
Quienes aún no hayan leído las cartas y se interesen por conocer su contenido íntegramente, podrán hacerlo en esta misma página. Leer todo el artículo haciendo CLIC AQUI

Los mecanismos de selección de las cartas que se publican en la sección dedicada a la ciudadanía en Granma ameritarían una profunda investigación. Asuntos concernientes a un solo individuo reciben toda la atención mientras se silencian otras cartas que denuncian, a partir de un solo hecho, la violación a la Constitución, las leyes ambientales y de salud en detrimento de más de 600 personas. Aunque una sola carta, por muy grave que sea, puede haberse perdido en el congestionado buzón de Granma, resulta sospechoso el silenciamiento a las polémicas respuestas de un grupo de doctores sobre los cuestionamientos a la atención médica hechos en varias misivas oportunamente publicadas por el diario.
Más allá de las justas razones del paciente para dirigir su crítica al diario nacional; resulta cuestionable la negativa del diario a otorgar el derecho a réplica a dos de nuestros galenos. Otra misiva, titulada “La impaciencia de los galenos” fue enviada a las páginas del diario sin haber recibido el visto bueno de la dirección. El Dr. Eider Valdés tampoco pudo ver sus cuestionamientos publicados:
El derecho a la crítica, pública y sin tapujos, debe constituir un requisito insoslayable del relato de los medios de prensa cubanos. El derecho a la réplica, al debate, a la presentación de ambas caras del problema, resulta asimismo imprescindible. Tienen los profesionales de la prensa y de la salud mucho que los une y poco que los separa: el altruismo y los bajos salarios; la búsqueda de un mundo mejor y la poca calidad del almuerzo; la vocación de servicio público y el trabajo a deshoras. La calidad de la labor de nuestros galenos no debería ser puesta en tela de juicio por la experiencia puntual de un ciudadano. La responsabilidad y el amor por la profesión de los periodistas tampoco deberían estar en la palestra pública por la posibilidad de cierta “dirección” de ocultar las cartas debajo de la mesa. Leer todo el artículo haciendo CLIC AQUI




jueves, febrero 09, 2012

Un galeno muy impaciente dice que los médicos cubanos son los desposeídos de Esculapios.

En este asunto de las cartas de los médicos cubanos que no fueron publicadas en Granma se distingue está del Dr. Eider Valdés Álvarez., médico especialista en Anestesiología y Reanimación, radicado en Cuba. Dice el Dr. Valdés Álvarez  que los médicos cubanos sufren de un apartheid, que no pueden viajar y que devengan salarios miserables. Aquí les dejo esta carta que no fue publicada omitiendo el derecho de réplica.

Es vergonzoso que se publiquen cartas como la que emergió el 4 de noviembre en el periódico Granma titulada: Paciencia de los Pacientes.
No es la primera y por lo visto se ha convertido en una moda la crítica a los profesionales de la salud. El país se derrumba por el ocio, el inmovilismo, la delincuencia, la corrupción, el derroche, la burocracia y cientos de males que no lo dejan avanzar hacia una sociedad más justa y los únicos estoicos que seguimos trabajando por amor y sin reciprocidad alguna por parte del sistema nacional de salud somos los médicos.
Sufrimos de un ilógico apartheid. No podemos viajar injustamente por una disposición que para colmo es secreta y no nos enseñan, devengamos salarios irrisorios muy similares a los de empleados de salón que no alcanzan ni para alimentarnos medianamente mal los primeros 10 días del mes, similares al de los auxiliares de limpieza, camilleros, recepcionistas, etc. , no tenemos derecho a empleos por cuenta propia, no disponemos de transporte para ir a trabajar, no recibimos estímulos materiales ni monetarios (ni divisas, ni módulos de ropas, ni tuvimos aquellas jabitas “que quitó el desaparecido Lage”), la alimentación durante las jornadas laborales es pésima, hacemos guardias frecuentes bajo condiciones infrahumanas que no nos pagan y al siguiente día continuamos laborando sin desayunar pues no disponemos de post guardia; no nos pagan por horas extras, ni por permanecer en unidades cerradas relacionándonos con drogas tóxicas y pacientes con enfermedades contagiosas; no tenemos oportunidad de acceder a internet para estar actualizados y avanzar como científicos; y para colmo de males muchos ¿indignados? se han dedicado a taladrarnos y escribir epístolas permeadas de dudas e incertidumbres al órgano oficial del consejo de estado, dígase periódico Granma, el cual, sin piedad y conociendo a fondo los problemas de nuestro sistema de salud, publica las ¨carticas¨ que arremeten insensiblemente contra los médicos.
Así está lleno este país, de gente acomodada y obceca que solo se dedica a analizar lo pueril y lo nimio, más aún si tienen su vida moderadamente resuelta. Los médicos cubanos tenemos muy firme la moral y la dignidad y somos los que más logros hemos obtenidos en 50 años y los que menos hemos recibido por nuestros trabajo. Ganas una medalla olímpica y el estado cubano te proveerá de gloria eterna, casa y carro; haz que una tumbadora resuene en el lugar más recóndito del planeta y tendrás derecho a una vida placentera y sin estrés garantizada por el Ministerio de Cultura; lánzate al vacío cantando las canciones más obscenas e indignantes, ocultas bajo un ritmo que empaña las raíces más plausibles del reggae y serás recibido al final del abismo por un bastidor de dólares que te alzará hasta el Olimpo con derecho a una vida opulenta y sustanciosa. Salva una vida, trabaja como mulo atendiendo a miles de necesitados, haz el trabajo de otro médico que está representando y aumentando el prestigio de la medicina cubana en otros lugares y tendrás… nada, te obsequiaremos… nada.
Somos los desposeídos de Esculapio, los sacerdotes de la miseria, los indignados que no protestan. Los médicos cubanos somos los eternos descontentos, pero a su vez los únicos que trabajamos dignamente por amor a nuestra profesión. Nadie tiene derecho a sembrar odio ni antipatías en nuestros valerosos galenos. Atendemos sin reparos a miles de enfermos en este país, somos parte del pueblo y paradójicamente el mismo pueblo que sanamos con amor nos condena por nimiedades y exige de nosotros lo imposible. El bodeguero llega tarde y nos roba onzas y libras descaradamente y nada ocurre, el transporte público sigue sin detenerse en las paradas y nada sucede, en las tiendas de CUC nos despojan de nuestro decoro como clientes y nada acontece, el vago sigue delinquiendo y teniendo una vida tan placentera que desprecia el trabajo y a quienes lo hacen. Ahora, si eres médico y llegas tarde a consulta te insultan, si no das recetas de complacencia te desprecian, si tienes un hijo enfermo y te ausentas o simplemente no asiste a tu labor por enfermedad, te ofenden. Estamos pagando por el pecado de la masividad: por ser muchos nos toca poco.
En el mundo entero el incentivo de cualquier persona para conquistar sus deseos es el trabajo. Es el trabajo el talón de Aquiles de los sueños. En Cuba, el trabajo estatal es el muro de Brandeburgo donde solo el ocio y el oportunismo tienen derecho a las alas. Los galenos cubanos somos prácticamente los únicos profesionales que mantenemos la lealtad a nuestro oficio. No podemos seguir así y el pueblo tiene que ser nuestro principal aliado. Exigimos que nos respeten, nos consideren y reconozcan que estamos trabajando contra vientos y mareas con poco respaldo de nuestro sistema nacional de salud, para no decir que exigua y anémico. Somos potencia médica porque amamos nuestra profesión y laboramos orgullosamente para ustedes. No somos culpables de la falta de recursos materiales con que tenemos que hacer nuestro diario. Lo que nos sobra a todos los que elegimos esta profesión es amor, dignidad y vergüenza.
Dr. Eider Valdés.
Especialista de 1er grado de Anestesiología y Reanimación.

miércoles, febrero 08, 2012

Allá en Cuba el Doctor Lino perdió la paciencia.

Aquí un buen ejemplo de lo que se trata esto de la paciencia de los pacientes en Cuba, y la paciencia que tienen que tener los médicos quienes desempeña su labor lo mejor posible dentro de un organismo-empleador que aplica métodos esclavistas. Los médicos cubanos trabajan en condiciones infrahumanas y se les exige constantemente. Este medico especialista es un anciano que posiblemente tiene que trabajar como especialista para una población muy numerosa en condiciones que no son las mejores para un profesional que ha supera la edad útil. No es una crisis de la ética médica, es que el Doctor Lino aun cuando muestre la mejor actitud para ayudar a sus pacientes simplemente… ¡no puede! esto dice la comunicadoras desde Sancti Spiritus.
Por: Ana Margarita Perdigón.*
Especialista de la medicina se negó el 2 de febrero a atender a una joven paciente con convulsiones en Sancti Spíritus
El defensor de los derechos humanos Orestes Yumar Julién Gómez informó el pasado domingo sobre las infracciones de la ética médica perpetradas por el doctor nombrado Lino, quien el día 2, al filo del mediodía, se negó a atender a una adolescente con convulsiones que acudió a su consulta en el Policlínico Sur de la villa del Yayabo.
Según la fuente, la jovencita, de unos 12 o 13 años de edad, fue llevada al centro asistencial por su mamá, pero el facultativo, quien ya había anunciado que no atendería a nadie más, se negó a abrir la puerta de su consulta, pese a los golpes que daban en ella varios de los presentes, alarmados por la gravedad del caso.
Esta reportera ha podido conocer que el doctor Lino (¿Dr. Lino Zulueta Nocedo?) es un anciano débil, a pesar de lo cual tiene constantes consultas tanto en el referido Policlínico Sur como en los hospitales Pediátrico y Provincial “Camilo Cienfuegos”( Foto arriba a la derecha) , en todos los cuales se desempeña como neurocirujano.
Una paciente comentó: “Esto es lo que nos pasa por ser cubanos. Los médicos más capaces se los llevan para Venezuela, y aquí, para atendernos, sólo quedan unos pocos especialistas de lo peor, que no dan abasto. Nos ha tocado bailar con la más fea”.
*Periodista independiente, dirige la Agencia Yayabo Press en Sancti Spíritus, Cuba.

martes, febrero 07, 2012

Hablo como médico…, nos siguen juzgando sin tener ni la más mínima noción de las condiciones infrahumanas en que trabajamos…,

Esto dice la  Dra. Alemán Matías, otro médico cubano que reacciona a la nota que aparece en la sección de cartas del libelo Granma. Parece una reacción desproporcionada a una nota de un familiar de un paciente que fue a un Policlínico de La Habana, esto dice Alemán Matías:

El viernes 4 de noviembre de 2011 se publicó otra carta de las muchas que ya se han hecho costumbre publicar, criticando constantemente al personal médico que todavía tiene la dignidad de trabajar en el Sistema Nacional de Salud. La carta en este caso se titula “Paciencia de los pacientes”, no habla de las miles de dificultades a las que se enfrentan diariamente los trabajadores de la salud, sino que critica superficialmente y como se ha hecho tradición, de una manera no constructiva. En otras palabras, el médico no tiene derecho a hablar, en medio de todas sus dificultades tiene que permanecer estoico, y no poder comentarle a su compañero de al lado del desayuno que no pudo ingerir esa mañana porque si no se le iba la guagua y no llegaría temprano a atender a ese paciente que después se siente con todo el derecho de criticarlo, y así un sinnúmero de ejemplos de los que podríamos hablar los médicos y que no cabrían en todas las hojas de un periódico. Ese médico si tiene que tener toda la paciencia de sentarse a esperar una guagua, de llegar a la escuela de su hijo y que le digan que no tiene maestra o que no tiene almuerzo, de llegar a comprar el detergente del mes en CUC, moneda en la cual no cobra su salario, y esperar a que la o el dependiente termine de chismear con el de al lado para que se digne a despacharle lo único que iba a comprar.
Paciencia de que vengan a recoger los latones de basura, desbordándose frente a su casa y en cada esquina, los trabajadores de comunales, que de seguro si tienen derecho y tiempo de tener conversaciones amenas para que se les olvide tener limpia de vertederos la ciudad.
Hablo como médico, porque si se lo que es que llegue las diez de la mañana en un salón de operación sin haber podido ni desayunar y tener que decirle a tu compañero de al lado ¡que hambre tengo! Y saber que no existe la merienda y que el almuerzo va a llegar a las 2:00 pm y a esa hora es que se va a poder almorzar aunque sea un bocado de lo que le dan a los médicos y demás trabajadores de este sector. Sin embargo ese galeno sigue ahí en pie, brindándole las mejor de las atenciones a ese paciente que se está operando y que después tiene “todo el derecho de criticar a todos los médicos” que aunque conversando, le brindaron una atención medica de calidad, la cual seguimos teniendo todos los médicos cubanos, y de la que debería sentirse orgulloso todo el pueblo de Cuba, que sin embargo nos sigue juzgando sin tener ni la más mínima noción de las condiciones infrahumanas en que trabajamos y que tanto aportamos a la sociedad.
Y termino con la misma pregunta ¿Debemos acostumbrarnos a esto?
Dra. A. Alemán Matías
Especialista de 1er grado de Anestesiología y Reanimación.

Un médico cubano reclama el derecho a la libertad de expresión o el derecho de réplica.

Después de aparecer la carta del paciente con el titulo de: Paciencia de los pacientes, comenzaron a enviar cartas a la sección del libelo Granma que no fueron publicadas pero los autores la pusieron en la Red. Esta fue la primera del Dr. Rafael Roque Benítez  ( foto abajo a la derecha) que reclama el derecho a la libertad de expresión o más que nada el derecho de réplica, esto dice:

Los médicos también tenemos derecho a opinar.
A Lázaro Barredo
Director del Periódico Granma.
Me dirijo a usted y su sección, como lo han hecho otros colegas míos sin haber visto coronados sus esfuerzos de ver publicadas sus opiniones de defensa a nuestra comunidad médica, pues como es el eslogan de su sección cartas a la dirección son opiniones con las que se puede estar o no de acuerdo, y lo hago posterior a la publicación de la respuesta del director provincial de salud de La Habana como conclusión a la queja formulada por pacientes en el policlínico Capdevila, que ha generado tanta polémica y una ola de críticas mal intencionadas a nuestra gestión, como si fuéramos una rara especie diseñada para servir al pueblo que se negara a hacerlo.
Sepa usted que la inmensa mayoría de los médicos que ejercemos en este momento es fruto de aquella generación, de profesores, que decidió quedarse en el país y no emigrar a los EEUU posterior al triunfo revolucionario del 1º de Enero de 1959, que nos ha inculcado sus valores y nos ha hecho convertirnos en una potencia médica de solidaridad hacia el prójimo y altruismo, porque escases y condiciones anormales para trabajar es lo que nos sobra, son innumerables, y nunca se nos ha escuchado quejarnos al respecto. Solo solicitamos respeto de quien servimos, el tratar y ser tratados como verdaderos seres humanos, que se ha ido perdiendo de forma acelerada desde la caída del campo socialista y el inicio del período especial  generantes de un espíritu individualista en la población en el que solo importa mi problema o mi problema es el mayor de todos, como sucede en los cuerpos de guardia de urgencias a donde acuden a diario los pacientes con enfermedades de 15 días, meses y hasta años de evolución reclamando estudios sofisticados de urgencia como TAC o Resonancia Magnética, y son los que generan conflictos y escándalos en el salón de espera cuando llega la verdadera urgencia, la que reclama nuestra presencia en ese servicio y que a veces tiene que esperar porque se termine de atender un paciente no urgente o que acudió como acompañante de una urgencia pero ya que estaba en el hospital decidió consultarse un problema que venía presentando desde hace años y no la había hecho hasta el momento, o simplemente decidió pasar a solicitar una receta de complacencia de un medicamento que sacaron en farmacia para completar el botiquín, o decidió ir a atenderse un dolor X de larga evolución a las 2, a las 4 o a las 6 am porque a esa hora no hay tantas personas en espera de ser atendidos como durante el resto del día, porque al fin y al cabo nosotros estamos de guardia 24 h y tenemos que atenderle (una verdadera ofensa), sin contar que después de esa maratónica consulta externa de cuerpo de guardia llegue la verdadera urgencia y ya no contemos con fuerza y/o capacidad de raciocinio adecuada para cumplir con el verdadero objetivo de nuestra guardia: LA URGENCIA. Los profesionales sanitarios en general, “son vulnerables a los efectos de la fatiga, al igual que los turnos laborales prolongados” y “Los niveles de fatiga después de una guardia pueden afectar a la agudeza mental” y por lo tanto al manejo de los pacientes, son dos claros ejemplos de lo que comento.
Ha sido una indicación de nuestro ministerio durante años el eliminar las recetas y estudios de complacencia, con lógica razón pues erogan una gran cantidad de recursos que deben estar disponibles para el que realmente lo requiere, dándole una mayor importancia al método clínico, origen de nuestra ciencia. Lo que no concuerda con esa filosofía es que cuando existe la queja del paciente, que se auto diagnostica, auto medica y cree que lo merece, el sistema flaquea y le da la razón a este último en detrimento del actuar médico, que no para solo en la sanción administrativa sino en la erosión de la vergüenza y reputación de ese galeno que cumple indicaciones lógicas y luego es traicionado por sus dirigentes. Al final ¿qué hacemos?
Hagamos lo que hagamos seguiremos traicionados, porque somos la especie rara, a atacar y sin derecho a réplicas. A continuación le adjunto copia de las opiniones de mis colegas con las cuales me solidarizo, algunas de las cuales deben estar en su poder y no han sido reproducidas, ni una!!!
Sepa usted qué hacer.
Dr. Rafael Roque Benítez
Especialista de 1er grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Auxiliar. Jefe de servicio de Endoprótesis total de cadera. Hospital Fructuoso Rodríguez.

lunes, febrero 06, 2012

Guerra de cartas entre el periódico Granma y médicos cubanos.

Hay un intenso intercambio de cartas después de la publicación en la sección de “correspondencia de los lectores” en el libelo Granma que dice ser el portavoz del Partido Comunista de Cuba.
Todo parece indicar que algunos médicos, después de aparecer una carta con el título de: Paciencia de los pacientes, dirigieron a la misma sección y al no ser publicadas pues la diseminaron por la red, seria por la intranet que funciona en Cuba y como era de esperar aparecieron en la Red. La primera respuesta de un médico cubano dice que, “Los médicos también tenemos derecho a opinar” y expone sus criterios.
En realidad los médicos en Cuba nunca han tenido derecho a opinar, han “aguantado callados”, sino prueba al canto. Al Dr. Jeovanis Jiménez Vega ( Foto a la izquierda) nunca se le ha dado respuesta a las 9 cartas que ha escrito exponiendo la situación por la cual fue expulsado  como médico, “por haber canalizado ante nuestro Ministerio, junto a un compañero de trabajo, la opinión de 300 profesionales de la Salud Pública sobre el salario que destina el Gobierno cubano a este sector”.  Información que puede leerse en su Blog Ciudadano cero.
Pues bien en este Blog incluiremos íntegramente todas las cartas, contracartas y opiniones relacionadas, aquí les va la primera, esta la que inicio el debate que apareció en Granma:
Nos hemos acostumbrado a vicios.
Mi esposa concurrió a operarse de hemorroides, todo muy bien, cuando acudió al salón la atendieron correctamente, pero mientras ejecutaban la operación tuvo la oportunidad de enterarse del promedio académico de los hijos de los médicos, enfermeras y auxiliares presentes en el salón, tanto fue así, que cuando terminaron casi tiene que bajarse sola de la camilla y tuvo que preguntar hacia dónde dirigirse, porque la conversación era tan amena que por poco se olvidan de ella. Con apego a la verdad debemos reconocer que la operación fue un éxito y se pudo librar de una molestia que padeció por años.
En mi caso acudí al dentista y mientras me atendían participé como oyente en un conversatorio entre la dentista y su auxiliar referido a la mala higiene de las calles y posteriormente a las ventajas de hacer ejercicios físicos para la salud de las personas. En una de las pocas oportunidades que me dijeron algo, fue para referirme la mala posición de la pieza que me estaban reparando, lo cual, a pesar del reproche, no podía resolver, pues era un cordal.
Recientemente acudí a extraerme sangre para unos análisis, muy amable la compañera, pero durante los preparativos apareció una compañera que cambió de pareja y quería conocer mediante análisis si podría salir embarazada sin riesgos; me canalizaron la vena con habilidad, pero todo sin interrumpir la conversación, que nada tenía que ver con la operatoria.
¿Debemos acostumbrarnos a esto?
E. L. Hernández Gómez